jueves, 28 de diciembre de 2017

Imágenes de la Historia

por Carla Araujo

Ciclo Lectivo 2015
Turno Mañana
Introducción
            En el siguiente trabajo se analizará la influencia de la matriz colonial del poder desde la incidencia de la Modernidad y su pensamiento eurocéntrico en la construcción de una lógica de saberes y su difusión a través de instituciones tales como el Museo, cuyo ejemplo estará representado por medio de imágenes que comprenden distintos rincones del mundo, para ver, a través del contenido teórico abordado desde autores como Walter Mignolo, Aníbal Quijano y Enrique Dussel, entre otros, qué mensajes y consecuencias ha dejado esta estipulación de la producción del conocimiento hasta tiempos actuales.

Colonialismo- Modernidad
             Para analizar la matriz colonial del poder, tomando la teoría de W. Mignolo, deben pensarse dos niveles semióticos: el nivel del enunciado y el nivel de la enunciación.  Observando el primer nivel, la matriz colonial actúa en cuatro ámbitos interrelacionados: la subjetividad, la autoridad, la economía y el conocimiento. Todos están interrelacionados entre sí y no pueden comprenderse individualmente, sino en conjunto (MIGNOLO, P.49). Para el autor mencionado, además, la colonialidad forma parte de una fase oculta de la modernidad, es decir, que ambas son “caras de la misma moneda”, respondiendo a la lógica del mundo capitalista policéntrico.
            Tomando las definiciones conceptuales que desarrolla Dussel en la compilación de sus conferencias, la "Modernidad" presenta dos significados ambiguos: uno positivo, en tanto que se interpreta como la “emancipación” racional; y otro negativo, como justificación de una praxis irracional de violencia basada en una mítica. Este mito implica a una civilización, que  se auto comprende como “más desarrollada”; un grupo bárbaro, primitivo, que se opone a la “modernización”; el uso de la violencia justificada por tal motivo; y en consecuencia, “victimas” y “héroes” de este proceso. Por el carácter "civilizatorio" de la "Modernidad", se interpretan como inevitables los sufrimientos o sacrificios (los costos) de la "modernización" de los otros pueblos "atrasados" (inmaduros) de las otras razas esclavizables, del otro sexo por débil, etcétera. (DUSSEL, 1994, p.175-176). Teniendo en cuenta este mito civilizador, autores como Dussel, Quijano y Mignolo coinciden en que el origen de la Modernidad no fue con el Renacimiento del Quatroccento, sino a partir de 1492, fecha estimada del “descubrimiento” del “Nuevo Mundo”. No obstante, debe tenerse en cuenta que Europa previamente ya establecía contactos con Oriente y África, es decir, ya había una aproximación a la configuración del “otro”.
Eurocentrismo
            Un elemento importante que caracteriza a la matriz colonial del poder es el eurocentrismo. Para A. Quijano, es una perspectiva de conocimiento que comenzó a desarrollarse aproximadamente en Europa Occidental antes de mediados del siglo XVII, asociada a la secularización burguesa del pensamiento europeo y a la experiencia y las necesidades del patrón mundial de poder capitalista, colonial/moderno, eurocentrado, establecido a partir de América. De todos modos, no se refiere a todos los modos de conocer de todos los europeos y en todas las épocas, sino a una específica racionalidad o perspectiva de conocimiento que se hace mundialmente hegemónica colonizando y sobreponiéndose a todas las demás, previas o diferentes, y a sus respectivos saberes concretos, tanto en Europa como en el resto del mundo (QUIJANO, 2000, p. 218- 219).
            Al igual que la Modernidad, el eurocentrismo también posee un “mito fundacional”. Este se basa en la idea del estado de naturaleza como punto de partida del curso civilizatorio, cuya culminación es la civilización europea u occidental. Dicho mito fue asociado con la clasificación racial de la población del mundo. Esa asociación produjo una visión en la cual se amalgaman, paradójicamente, evolucionismo y dualismo (QUIJANO, 2000, p. 220). Para el autor, el eurocentrismo tiene una serie de componentes fundamentales:
a) una articulación peculiar entre un dualismo (precapital-capital, no europeo-europeo, primitivo-civilizado, tradicional-moderno, etc.) y un evolucionismo lineal, unidireccional, desde algún estado de naturaleza a la sociedad moderna europea;
b) la naturalización de las diferencias culturales entre grupos humanos por medio de su codificación con la idea de raza; y
c) la distorsionada reubicación temporal de todas esas diferencias, de modo que todo lo no-europeo es percibido como pasado.[1]

La producción de conocimiento
            Retomando los ámbitos en los que invade la colonialidad, mencionados líneas arriba, W. Mignolo hace referencia al campo a la gestión y al control de las subjetividades en relación a la producción del conocimiento. El campo de la subjetividad abarcaría, por ejemplo, a la educación, los museos, las universidades, los medios de comunicación y el mundo publicitario. Es en estas áreas donde el saber fluye y se pone en juego el mensaje que se pretende transmitir a su público.
En palabras de Anibal Quijano, la elaboración intelectual del proceso de modernidad produjo una perspectiva de conocimiento y un modo de producir este mismo que evidencian el carácter del patrón mundial de poder: colonial/moderno, capitalista y eurocentrado. (QUIJANO, 2000, p.218). El resultado de la historia del poder colonial tuvo dos implicaciones decisivas: el despojo de la identidad histórica de los pueblos periféricos, y la configuración de una nueva identidad racial, colonial y negativa, que implicaba el despojo de la producción cultural. En adelante no eran sino razas inferiores, capaces sólo de producir culturas inferiores. Implicaba también su reubicación en el nuevo tiempo histórico constituido con América primero y con Europa después: en adelante eran el pasado. En otros términos, el patrón de poder fundado en la colonialidad implicaba también un patrón cognitivo, una nueva perspectiva de conocimiento dentro de la cual lo no europeo era el pasado y de ese modo inferior siempre primitivo (QUIJANO, 2000, p.221).
Así, la modernidad y la racionalidad fueron imaginadas como experiencias y productos exclusivamente europeos. Las relaciones intersubjetivas y culturales entre Europa y el resto del mundo, fueron codificadas en nuevas categorías duales: Oriente-Occidente, primitivo-civilizado, mágico/mítico-científico, irracional-racional, tradicional-moderno. En suma, Europa y no-Europa. Durante el siglo XVIII, ese nuevo dualismo fue amalgamado con las ideas mitificadas de “progreso” y de un estado de naturaleza en la trayectoria humana. Así, todos los no europeos pudieron ser considerados, de un lado, como pre-europeos y al mismo tiempo dispuestos en cierta cadena histórica y continua desde lo primitivo a lo civilizado, de lo irracional a lo racional, de lo tradicional a lo moderno, de lo mágico-mítico a lo científico. En otras palabras, desde lo no-europeo/pre-europeo a algo que en el tiempo se europeizará o “modernizará” (QUIJANO, 2000, p.225)

Museos
El museo y la universidad son dos instituciones no solamente educativas, sino que son instituciones que controlan el conocimiento. La universidad estaría más fundada sobre las disciplinas, sobre la escritura, sobre la lógica, sobre la gramática. El museo, en cambio, se basa más sobre lo visual (MIGNOLO, 2008).
En la creación de la modernidad, se ha incluido a la institución del museo, el cual ya se ha mencionado líneas arriba como parte del entorno de subjetividades que maneja la matriz colonial del poder. Así, se ha dado por sentado que estos forman parte «de manera natural» de la imaginación y la creatividad europeas. Por su parte, Natalia Sacchi, explica que el museo moderno actúa como institución de disciplinamiento de la mirada. Se resguarda, a la misma y se produce la representación del sujeto hegemónico. La “trampa de la visibilidad” funciona en el museo sabia y cruelmente: cuando caminamos por sus galerías no podemos verificar nuestra visibilidad, estamos sujetos a la cronología, el recorrido, obligados a las formulas del buen mirar, a los rituales de la admiración de la belleza. Sus formas de vigilancia sobre las representaciones hunden sus raíces y se entrelazan en otras formas disciplinares como la escuela, el laboratorio, el archivo: cada pieza de arte puede ser observada, representada, mirada, analizada, glosada, expuesta, cada pieza de arte es una inoculación de subjetivación.(SACCHI, 2014, p.11-12)
Los precursores al museo tal como los conocemos actualmente son los Wunderkammer (“Gabinete de curiosidades”- “museo de historia natural”) y los Kunstkammer (“Gabinetes de arte”- “museos de arte”). A pesar de su diferenciación en cuanto al producto de exhibición, los Kunstkammer establecidos en Occidente se convirtieron en el escenario donde se exponen las curiosidades traídas de las colonias europeas, la mayoría de las veces, procedentes de saqueos. Por lo tanto, queda en claro que el museo también delimita qué es y qué no es arte, concibiendo a la misma en relación a lo “moderno” y lo “civilizado”.
Finalmente, Walter Mignolo explica que los museos, tal como los conocemos hoy, no existían antes del año 1500. Se han construido y transformado –por un lado– para ser instituciones donde se honra y se expone la memoria occidental, donde la modernidad europea conserva su tradición (la colonización del tiempo), y –por el otro– para ser instituciones donde se reconoce la diferencia de las tradiciones no europeas (MIGNOLO, p.46). Es decir, una delimitación explícita de aquello europeo y no-europeo, lo civilizado y lo incivilizado, entre otras dualidades. 

Análisis de imágenes
            A continuación se analizarán imágenes pertenecientes a distintos museos, que abarcan tanto temáticas como “civilizaciones” de distintas partes del mundo, desde Europa, hasta África y Asia, concluyendo con América y específicamente en argentina, para ver qué mensajes o incidencias dejan cada una.
Imagen 1: The British Museum; Fachada.
            En primer lugar, el Museo Británico o British Museum fundado en Londres, Reino Unido en 1753, fue una de las primeras instituciones “coleccionistas” de Europa. Custodia millones de objetos de todos los continentes, muchos de los cuales se encuentran almacenados para su estudio y restauración, o guardados por falta de espacio para exhibirlos. Todavía se conserva incluso este espíritu coleccionista, haciéndole un homenaje a los hombres que realizaban tal labor dedicándoles una sala temática exclusiva (imagen 4). Por su parte, su fachada (imagen 1) al poseer características de la arquitectura griega permite evidenciar de antemano qué tipo de concepción del conocimiento posee. En base a lo explicado líneas arriba, se puede pensar claramente sobre la idea de que la Historia universal y de la civilización comienza desde la Antigua Grecia y culmina en la modernidad.
        La institución está organizada por galerías, las cuales se clasifican según la "civilización". Las exhibiciones están compuestas desde reliquias y artefactos materiales hasta pinturas, como puede apreciarse en las imágenes 3 y 5. Todos los objetos son preservados y dispuestos en mostradores, de tal manera que da la sensación,  no sólo de una función didáctica al enseñar las características artísticas y estéticas de cada pueblo, sino que incluso, dan la sensación de ser mostrados como "trofeos de guerra" o de cacería. Llama la atención, por otra parte, la Enlightenment Gallery (Galería de la Ilustración, imagen 2), conocida anteriormente como la "Biblioteca del Rey", construida entre 1823 y 1827. Posee esculturas y trabajos de los grandes pensadores del período. No resulta casual que los grandes pensadores de la "modernidad" posean una sala propia.
El museo cuenta con diversos cronogramas de actividades y guías para organizar las visitas. Pero lo más impactante es la llamada "vuelta al mundo en noventa minutos", en la que se invita al público a realizar un recorrido por los distintos pueblos y civilizaciones. Esto resulta muy significativo, ya que la institución estaría asumiendo que posee todos los saberes y culturas del planeta comprimidos en un edificio, relacionado también en parte por las características del mundo globalizado y la velocidad de la comunicación a nivel total.
  

Imagen 2: The British Museum; Enlightenment Gallery.

Imagen 3: The British Museum; Egyiptian Sculture Gallery.               
Imagen 4: The British Museum; Collecting the World (sala temática)


Imagen 5: The British Museum; Africa Gallery; room 25.

Imagen 6: Rijksmuseum; Ámsterdam, Holanda. 
El Segundo museo a analizar es el Rijksmuseum (“Museo Nacional”) construido en Ámsterdam en el año 1885 para guardar las colecciones reales. Por su arquitectura, puede decirse que es un “gran palacio” (imagen 6). Un palacio civil, dedicado al pasado, a la memoria, construido en una parte de la ciudad que a finales del siglo XIX se estaba urbanizando, justo al lado de la ciudad del siglo XVIII (DE LA FUENTE, 2013). Las colecciones más características que resguarda son las de pinturas del Siglo de Oro holandés, aunque también posee una amplia colección de arte asiático y egipcio. Entre las primeras, puede apreciarse la colección de máscaras de indonesios (imagen 7), consideradas como “curiosidades”, realizadas en 1910 con la intención de clasificar las morfologías de las razas humanas y que tal y como están exhibidas forman una obra de arte conceptual moderna, una reflexión actual sobre el eurocentrismo y el colonialismo, una crítica a la ciencia, con objetos por ella producidos en el pasado (DE LA FUENTE, 2013). Esto podría vincularse con la idea euro centrista de clasificación de “razas” y pueblos, con el objeto de establecer, como se ha mencionado líneas arriba, quiénes eran europeos o no-europeos, o mejor dicho, civilizados o no-civilizados.
Imagen 7: Rijksmuseum; Máscaras de indonesios (1910)
 En tercer lugar, el Museo de Arte Nasher (Nasher Museum of Art, en honor al coleccionista Raymond Nasher), ubicado en la Universidad de Duke en Carolina del Norte, presentó en el año 2009 por parte de Pedro Lasch, una instalación llamada “Black Mirror” (Espejo Negro- imagen 8), creando el mismo a partir de piezas del sótano del Museo correspondientes a la civilización Azteca y Maya. Estas piezas fueron dispuestas en frente de un espejo opaco. La exhibición es descripta por W. Mignolo de la siguiente manera: Tú entras a la sala y ves el revés de todos los objetos, los objetos miran hacia el espejo negro y una luz da al objeto. El objeto se refleja, o sea que estás detrás del objeto pero ves el frente en el espejo negro muy claramente. Cuando estás mirando al frente, se empiezan a ver imágenes difuminadas, y son las imágenes del Greco, de Velázquez, de toda la elite de la monarquía española que está en la sombra. Entonces esto me parece un ejemplo espectacular de cómo a través de las instalaciones se puede crear visualidades que además generan nuevas teorías para desmontar la colonialidad de la imagen, del museo; producir instalaciones decoloniales y generar conversaciones, teorías, pedagogías decoloniales (MIGNOLO, 2008).

Imagen 8: Pedro Lasch; Black Mirror/Espejo Negro; Nasher Museum of Art; 2009.

Por último, en el caso argentino, en el Museo Nacional de Bellas artes fundado en 1895 se encuentra, en la Sala de Arte argentino del siglo XIX la pintura de Angel Della Valle, “La vuelta del malón” (1892). En él se pueden apreciar personajes como la “cautiva”, una figura femenina central de piel blanca que yace en las manos de un indio a caballo. Vale apreciar, además, la expresión de los indígenas, las reliquias de las iglesias que “han saqueado”, la oscuridad de la imagen, y las cabezas que llevan en sus costales, acrecentando así la imagen de “barbarie” que se pretende representar. En palabras de Natalia Sacchi: la nación cautiva, el territorio cautivo (entre desiertos) son, como ya hemos mencionado, el imaginario que va a legitimar la masacre de miles de personas. El museo de arte y el archivo bibliográfico resguardará estas ficciones como documentos que atestiguan la fundación de la nación (SACCHI, 2014, p. 10). Con este ejemplo se puede ver, por lo tanto, cómo la idea del dualismo fabricado por el eurocentrismo ha repercutido en la creación de Estados Modernos en América Latina.
Imagen 9: Della Valle, Angel; La vuelta del malón; 1892; Museo Nacional de Bellas Artes, 
Sala 24: arte argentino del siglo XIX.
Conclusión
Se ha visto cómo todas estas imágenes extraídas de distintos rincones del mundo ponen de manifiesto las ideas fabricadas desde la matriz colonial del poder, traídas hasta tiempos actuales producto del avance de las comunicaciones, que, como ya se ha mencionado, es una característica del mundo globalizado actual, cuyo antecedente es, claramente, la modernidad. A pesar de que se ha visto a los museos y su material de exhibición como el triunfo no solo de este avance comunicacional, sino también del colonialismo y la capacidad de imponer poder y terror desde una civilización para con un pueblo considerado distinto, o mejor dicho, “inferior”, la mayoría de los autores trabajados coinciden con la esperanza de que a partir de las instituciones que han dejado la producción y difusión de conocimiento moderno tal como la institución del Museo, se puede crear, a partir de la misma, nuevos espacio de “des colonización”, con el objetivo de crear y reconfigurar las propia identidad fuera de los parámetros modernos. No obstante, esta cuestión sigue en proceso y está sujeta a diversas críticas.


Bibliografía:

  • AA.VV.; Matriz colonial del poder: segunda época. Entrevista a W. Mignolo; LA TRONKAL; 2008; Disponible en: http://latronkal.blogspot.com.ar/2009/11/matriz-colonial-de-poder-segunda-epoca.html.
  • DE LA FUENTE, V.; Del Modernismo; “El nuevo Rijksmuseum y sus colecciones Art Nouveau”; 2013; disponible en: https://delmodernismo.wordpress.com/2013/04/28/el-nuevo-rijksmuseum-y-sus-colecciones-art-nouveau/
  • DUSSEL, E.; 1492: el encubrimiento del otro: hacia el origen del mito de la modernidad; Plural Editores; La Paz; 1994.
  •  MIGNOLO, W.; La colonialidad: la cara oculta de la modernidad; MACBA.
  • QUIJANO, A.; Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina; 2000; Argentina.
  • S/A.; The British Musem; “About us”; disponible en: http://www.britishmuseum.org/
  •  SACCHI, N.; El Jardín De La República. Museo y razón (pos)colonial; Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona; Revista del Cisen Tramas/Maepova N° 3; 2014.







[1] QUIJANO, A.; Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina; 2000; Argentina. P. 222.

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